- NotiBots
- Unete a nuestro canal de WhatsApp y sigue las ultimas noticias 馃摪
Las recientes lluvias en la región de Bogotá han traído un alivio significativo: el nivel de los embalses del sistema Chingaza ha superado el 50 % de capacidad, el punto más alto alcanzado en 2024. Esta es una noticia positiva, ya que muchos municipios y la misma Bogotá han enfrentado meses de racionamiento de agua debido a la disminución en los niveles de los embalses que abastecen a estas zonas.
El embalse de San Rafael, por ejemplo, ha experimentado un incremento notable, alcanzando un 88.61 % de su capacidad, mientras que el embalse de Chuza se encuentra en un 38.40 %. Según la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), esta subida en los niveles hídricos es un buen indicio, aunque todavía no se puede bajar la guardia. Las recomendaciones de la CAR para las empresas de servicios públicos son claras: a pesar de esta recuperación, es esencial mantener y reforzar las políticas de ahorro y uso responsable del agua.
Alfred Ballesteros, director de la CAR, expresó que, si bien el aumento en los niveles es talentoso, la comunidad y las empresas deben seguir tomando precauciones. “Si logramos que los sistemas Chingaza y Agregado Norte superen el 60 %, podemos estar relativamente tranquilos para afrontar la temporada seca. Sin embargo, debemos aprovechar las lluvias para captar y almacenar agua de manera efectiva”, explicó Ballesteros.
Este avance es crucial, sobre todo teniendo en cuenta que si los niveles de Chingaza llegaran a caer por debajo del 36 %, se activarían restricciones más severas en el consumo de agua en la ciudad. Así, la temporada de lluvias actual ha aliviado una posible crisis, pero las autoridades advierten que la situación sigue siendo delicada, ya que el “día cero” -momento en que los embalses estarían en una situación crítica- aún está en el horizonte si no se mantienen los esfuerzos de conservación.
Por ahora, este incremento en el nivel de los embalses representa una esperanza para los habitantes de Bogotá y los municipios cercanos que dependen de estos sistemas para su suministro de agua. La situación, sin embargo, recuerda la importancia de la gestión sostenible de este recurso vital, especialmente frente a los desafíos del cambio climático y las fluctuaciones en las precipitaciones. La comunidad también puede hacer su parte almacenando agua de lluvia y haciendo un uso eficiente de los recursos hídricos para ayudar a mitigar futuros impactos.