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Si alguna vez has comprado pechugas de pollo en el supermercado, es posible que te hayas encontrado con unas misteriosas líneas blancas que recorren la carne. Estas estrías pueden resultar desconcertantes, pero no temas: no son peligrosas ni son un signo de que el pollo no está apto para el consumo.
Las estrías blancas son en realidad fibras musculares dañadas. Cuando el pollo es procesado, se somete a un proceso llamado "fileteado", en el que se cortan los músculos más grandes en trozos más pequeños. Este proceso puede dañar algunas de las fibras musculares, dando lugar a las estrías blancas.
La cantidad y el tamaño de las estrías blancas pueden variar entre las distintas razas y cortes de pollo. Algunos pollos son más propensos a desarrollar estrías blancas que otros. Además, los pollos jóvenes tienden a tener menos estrías blancas que los pollos más viejos.
Las estrías blancas no afectan a la seguridad o calidad del pollo. Son simplemente un signo de daño muscular que ocurrió durante el procesamiento. El pollo con estrías blancas es tan nutritivo y sabroso como el pollo sin estrías blancas.
El pollo es una excelente fuente de proteínas, vitaminas y minerales. Las estrías blancas no disminuyen el valor nutricional del pollo. De hecho, el pollo con estrías blancas puede contener más proteínas que el pollo sin estrías blancas.
Para minimizar la apariencia de las estrías blancas, te recomendamos cocinar el pollo a una temperatura interna segura. Esto ayudará a que la carne esté tierna y jugosa, y también reducirá la visibilidad de las estrías blancas.
Las estrías blancas en las pechugas de pollo son simplemente fibras musculares dañadas. Son seguras para comer y no afectan al valor nutricional del pollo. Siguiendo estos consejos de preparación, puedes cocinar pollo jugoso y sabroso con una apariencia más uniforme, independientemente de si tiene o no estrías blancas.