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En los albores de Silicon Valley, cuando Apple era una pequeña empresa emergente luchando por hacerse un hueco en el naciente mercado de los ordenadores personales, una joven secretaria llamada Sherry Livingston se convirtió en el eje del ecosistema tecnológico. Como guardiana de los secretos más íntimos de Steve Jobs y otros ejecutivos clave, Livingston fue testigo de primera mano tanto del ascenso meteórico de la empresa como de su posterior caída en desgracia.
Sherry Livingston nació en 1948 en una familia de clase trabajadora. Después de graduarse en la escuela secundaria, consiguió un trabajo como recepcionista en una pequeña empresa tecnológica de Palo Alto. En 1976, se unió a Apple como secretaria ejecutiva de Jobs. En ese momento, la empresa era poco más que un garaje convertido en oficina, y Livingston rápidamente se convirtió en una pieza clave del equipo.
Livinston era una secretaria excepcionalmente capaz y trabajadora. Era conocida por su discreción, lealtad y su capacidad para mantener en secreto incluso los asuntos más delicados. Jobs confiaba profundamente en ella y le encomendaba tareas importantes, como redactar discursos, preparar presentaciones y gestionar su apretada agenda. Livingston se convirtió en una extensión de Jobs, un papel que desempeñó durante casi una década.
A principios de la década de 1980, Apple se había convertido en una potencia tecnológica. Sin embargo, la empresa se vio sacudida por luchas internas y conflictos de poder. En 1985, Jobs fue expulsado de la empresa que había fundado. Livingston se quedó con Jobs, convirtiéndose en su mano derecha en su nueva empresa, NeXT.
NeXT nunca logró el mismo éxito que Apple, pero Livingston se mantuvo lealmente al lado de Jobs. Cuando Jobs regresó a Apple en 1997, Livingston lo siguió, volviendo a su antiguo papel como su secretaria ejecutiva. Permaneció en Apple hasta 2000, cuando se jubiló.
Desde que se retiró de Apple, Livingston ha mantenido un perfil bajo. Ha concedido pocas entrevistas y rara vez ha hablado públicamente sobre su tiempo en la empresa. Sin embargo, su historia sigue fascinando a aquellos que están interesados en el ascenso y la caída de uno de los gigantes tecnológicos más importantes del mundo.
Sherry Livingston fue más que una simple secretaria. Fue una guardiana de los secretos de Apple y una testigo del ascenso y la caída de un imperio tecnológico. Su historia es un testimonio de la lealtad, el sacrificio y el poder de las personas que trabajan entre bastidores para dar forma a nuestro mundo.