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Con estas palabras, el director Ridley Scott tuvo que dirigirse a su equipo de inversores para explicarles quién era aquel desconocido actor que iba a protagonizar Blade Runner, una de las películas de ciencia ficción más emblemáticas de la historia del cine. Hoy, Harrison Ford es uno de los rostros más reconocibles y queridos de Hollywood, pero en 1982, cuando Scott se embarcó en este arriesgado proyecto, era un actor prácticamente desconocido.
Ford nació en Chicago en 1942 y creció en el suburbio de Park Ridge, Illinois. En su juventud, desarrolló un temprano interés en la actuación, pero no fue hasta después de servir en la Marina de los Estados Unidos y graduarse en la Universidad de Wisconsin-Madison que decidió perseguir una carrera en el mundo del espectáculo. Después de mudarse a Los Ángeles, Ford encontró trabajo como carpintero y constructor mientras asistía a clases de interpretación.
Sus papeles iniciales fueron pequeños, pero poco a poco fue llamando la atención de los directores de casting. En 1973, obtuvo un papel secundario en la icónica película de George Lucas, American Graffiti, que ayudó a lanzar las carreras de varias estrellas del Nuevo Hollywood, entre ellas Richard Dreyfuss y Ron Howard. Tres años más tarde, Ford protagonizó otra película de Lucas, Star Wars: Una nueva esperanza, en el papel que lo haría famoso: Han Solo.
El éxito de Star Wars catapultó a Ford al estrellato instantáneo y se convirtió en uno de los actores más demandados de Hollywood. Repitió su papel como Han Solo en las secuelas de Star Wars, El Imperio contraataca (1980) y El retorno del Jedi (1983), y también protagonizó otras películas de gran éxito como Indiana Jones y el templo maldito (1984), Testigo (1985) y El fugitivo (1993).
A lo largo de su larga y fructífera carrera, Ford ha demostrado su versatilidad interpretando una amplia gama de papeles, desde héroes de acción hasta personajes más complejos y matizados. Es uno de los actores más taquilleros de todos los tiempos y sus películas han recaudado más de 6.000 millones de dólares en todo el mundo.
El legado de Harrison Ford como uno de los actores más icónicos de Hollywood está asegurado. Sus papeles memorables, su carisma cautivador y su ética de trabajo inquebrantable lo han convertido en un ídolo para generaciones de fans. Ha recibido numerosos premios y honores, incluida una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y el Premio Cecil B. DeMille por su destacada contribución al mundo del entretenimiento.
Hoy, a los 80 años, Harrison Ford sigue siendo una fuerza en Hollywood y continúa inspirando a actores y fans por igual. Su historia es un testimonio del poder del talento, la perseverancia y la pasión por el oficio.
Harrison Ford es un verdadero ícono de Hollywood y su legado continuará inspirando a generaciones venideras.