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En la reciente Vuelta a España, Tadej Pogačar sorprendió al mundo ciclista con un dato asombroso: su frecuencia cardíaca durante la durísima subida al Angliru, una de las ascensiones más exigentes del ciclismo profesional. Mientras la mayoría de los ciclistas luchaban por mantener sus pulsaciones por debajo de las 190, Pogačar mantuvo las suyas por debajo de las 170, un ritmo asombrosamente bajo considerando la intensidad del esfuerzo.
Este dato pone de manifiesto la increíble capacidad cardiovascular de Pogačar. Su corazón es excepcionalmente eficiente, lo que le permite bombear más sangre con cada latido y, por tanto, entregar más oxígeno a sus músculos. Esto le da una ventaja significativa sobre sus rivales, permitiéndole mantener un ritmo sostenido incluso en las subidas más exigentes.
La excepcional frecuencia cardíaca de Pogačar no es una casualidad. Es el resultado de años de entrenamiento y dedicación. El esloveno sigue un riguroso programa de entrenamiento que incluye sesiones regulares de intervalos de alta intensidad, diseñadas para aumentar su capacidad aeróbica y anaeróbica.
Además de su entrenamiento, Pogačar también presta mucha atención a su nutrición y recuperación. Sigue una dieta equilibrada y rica en nutrientes, y se asegura de dormir lo suficiente. Estas medidas holísticas han ayudado a Pogačar a desarrollar un cuerpo y una mente excepcionalmente afinados para el ciclismo de alto rendimiento.
Gracias a su increíble capacidad cardiovascular y a su incansable ética de trabajo, Pogačar se ha convertido en uno de los ciclistas más dominantes de su generación. Ha ganado dos Tours de Francia consecutivos, así como la Vuelta a Lombardía y otras carreras prestigiosas.
Con sólo 24 años, Pogačar ya tiene un palmarés impresionante y muestra pocos signos de desaceleración. Su excepcional frecuencia cardíaca es sólo un indicador de su extraordinario talento y su implacable búsqueda de la excelencia. Es probable que siga dejando huella en el mundo del ciclismo durante muchos años más.