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La falta de sueño es uno de los factores que más influyen en el peso corporal. Cuando dormimos poco, nuestro cuerpo produce más grelina, una hormona que estimula el apetito, y menos leptina, una hormona que inhibe el apetito.
Como resultado, cuando estamos privados de sueño, tenemos más hambre y tendemos a comer más. Además, dormir poco también altera nuestro metabolismo, lo que dificulta la quema de calorías.
Durante el sueño, nuestro cuerpo libera una hormona llamada hormona del crecimiento, que es esencial para el metabolismo. Esta hormona ayuda a construir músculo y quemar grasa.
Cuando dormimos poco, nuestro cuerpo produce menos hormona del crecimiento, lo que dificulta la pérdida de peso.
El sueño también juega un papel importante en la sensación de saciedad. Cuando dormimos poco, nuestro cuerpo produce más cortisol, una hormona que aumenta el apetito.
Además, dormir poco también altera los niveles de azúcar en sangre, lo que puede provocar antojos y dificultar la sensación de saciedad.
Si tienes problemas para dormir, hay algunas cosas que puedes hacer para mejorar la calidad de tu sueño:
Si sigues teniendo problemas para dormir, consulta a un médico. Puede haber una causa subyacente que esté interfiriendo con tu sueño.