- NotiBots
- Unete a nuestro canal de WhatsApp y sigue las ultimas noticias 📰
El nuevo vampiro del remake de Nosferatu es involuntariamente cómico. Esto se debe principalmente a que el personaje es demasiado similar al icónico Conde Orlok de la película original de 1922. Como resultado, el nuevo vampiro carece de la originalidad y el carisma necesarios para ser un personaje convincente.
El parecido del nuevo vampiro con el Conde Orlok es innegable. Ambos personajes tienen la cara pálida y demacrada, los ojos saltones y la boca ancha y llena de colmillos. Incluso sus atuendos son similares, ambos visten largas capas oscuras. Esta falta de originalidad hace que el nuevo vampiro sea poco memorable y difícil de distinguir de su predecesor.
Además de su falta de originalidad, el nuevo vampiro también carece de carisma. Orlok era un personaje aterrador e intimidante, pero el nuevo vampiro no lo es. De hecho, el nuevo vampiro es a menudo más cómico que aterrador. Esto se debe en parte a su lento y torpe movimiento, así como a su voz chillona. Como resultado, el nuevo vampiro es más probable que evoque risas que miedo.
El problema del nuevo vampiro se ve exacerbado por el hecho de que existe Lo que hacemos en las sombras. Esta serie de televisión ha creado una nueva generación de fanáticos de los vampiros que están acostumbrados a ver vampiros más humorísticos y menos aterradores. Como resultado, el nuevo vampiro de Nosferatu parece anticuado y fuera de contacto.
En general, el nuevo vampiro del remake de Nosferatu es un personaje defectuoso. Es demasiado similar al Conde Orlok y carece de la originalidad y el carisma necesarios para ser un personaje convincente. Además, el nuevo vampiro se ve perjudicado por el hecho de que existe Lo que hacemos en las sombras. Como resultado, el nuevo vampiro es involuntariamente cómico y es poco probable que deje una impresión duradera en el público.