Mitos y realidades sobre el hambre hedónica: aclarando diferencias con el hambre real

Boticaria García: El hambre hedónica vs. el hambre real

Marisa García, más conocida como Boticaria García, es una farmacéutica y divulgadora científica que ha ganado gran popularidad por su claridad y humor al explicar conceptos complejos de salud. En su último artículo, explora las diferencias entre el hambre real y el hambre hedónica, un fenómeno que nos empuja a comer por placer más que por necesidad.

El hambre real: un mecanismo de supervivencia

El hambre real es una sensación fisiológica que nos indica que nuestro cuerpo necesita energía. Surge cuando los niveles de glucosa en sangre, el principal combustible de nuestro cuerpo, disminuyen. El hambre real suele ir acompañada de otros síntomas como el estómago vacío, el gruñido y la falta de concentración.

Cuando tenemos hambre real, nuestro cuerpo necesita alimento para funcionar correctamente. Ignorar el hambre real puede tener consecuencias negativas para nuestra salud, incluyendo fatiga, desnutrición y problemas de concentración.

El hambre hedónica: el placer de comer

El hambre hedónica, por otro lado, no es una necesidad fisiológica. Es un deseo de comer impulsado por el placer y la gratificación. El hambre hedónica nos empuja a comer alimentos que nos gustan, incluso cuando nuestro cuerpo no necesita energía.

El hambre hedónica puede ser desencadenada por una variedad de factores, incluyendo el aburrimiento, el estrés, la ansiedad o incluso la exposición a alimentos sabrosos. Comer por hambre hedónica puede ser agradable, pero no es necesario para nuestra salud.

Diferencias clave entre el hambre real y el hambre hedónica

Existen varias diferencias clave entre el hambre real y el hambre hedónica:

• El hambre real es una necesidad fisiológica, mientras que el hambre hedónica es un deseo psicológico.


• El hambre real suele ir acompañada de síntomas físicos como el estómago vacío y el gruñido, mientras que el hambre hedónica no.


• El hambre real se satisface con cualquier tipo de alimento, mientras que el hambre hedónica solo se satisface con alimentos que nos gustan.


• El hambre real desaparece después de comer, mientras que el hambre hedónica puede persistir incluso después de comer.

Cómo distinguir entre el hambre real y el hambre hedónica

Puede ser difícil distinguir entre el hambre real y el hambre hedónica, pero hay algunos consejos que pueden ayudarte:

• Presta atención a tu cuerpo. El hambre real suele ir acompañada de síntomas físicos como el estómago vacío y el gruñido. Si no experimentas estos síntomas, es probable que tu hambre sea hedónica.


• Come despacio y con atención. Presta atención a tus señales de saciedad. Cuando comas, céntrate en el sabor y la textura de la comida, y come despacio. Esto te ayudará a distinguir entre el hambre real y el hambre hedónica.


• Lleva un diario de alimentos. Anotar lo que comes y cuándo puede ayudarte a identificar los patrones de tu hambre. Si notas que comes más a menudo cuando estás aburrido, estresado o ansioso, es probable que tu hambre sea hedónica.

Cómo controlar el hambre hedónica

Si tienes dificultades para controlar el hambre hedónica, hay algunas cosas que puedes hacer:

• Identifica tus desencadenantes. Presta atención a las situaciones o emociones que te hacen comer por hambre hedónica. Una vez que sepas cuáles son tus desencadenantes, puedes desarrollar estrategias para evitarlos o afrontarlos.


• Encuentra actividades alternativas. Cuando sientas hambre hedónica, intenta encontrar actividades alternativas que te gusten, como leer, hacer ejercicio o pasar tiempo con amigos. Esto te ayudará a distraerte del hambre y a reducir la ingesta de alimentos.


• Come sano y regular. Comer alimentos saludables y regulares te ayudará a mantener niveles de glucosa en sangre estables y a reducir los antojos.

El hambre real y el hambre hedónica son dos tipos distintos de hambre. El hambre real es una necesidad fisiológica, mientras que el hambre hedónica es un deseo psicológico. Es importante poder distinguir entre estos dos tipos de hambre para poder tomar decisiones saludables sobre lo que comemos.