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La Selección Colombia atraviesa un momento complicado tras las derrotas consecutivas frente a Uruguay y Ecuador, dejando a los hinchas y al cuerpo técnico con una mezcla de frustración y reflexión. En una rueda de prensa después del último encuentro, Néstor Lorenzo, director técnico del equipo cafetero, no dudó en expresar su molestia y preocupación por el rendimiento reciente, aunque también dejó claro que sigue confiando en el potencial del grupo.
“Estoy muy caliente” , declaró Lorenzo, reflejando la intensidad con la que vive su rol y el compromiso con el equipo. Según el entrenador, a pesar de las derrotas, ningún rival ha logrado superar verdaderamente a Colombia en términos de juego. Sin embargo, reconoce que este es un momento crucial para ajustar estrategias y corregir errores que han llevado a goles evitables.
Lorenzo destacó que, aunque el equipo se ha mostrado sólido en varios aspectos, han faltado momentos de precisión y contundencia en el ataque. “Nos está costando capitalizar las oportunidades, y eso nos ha dejado con las manos vacías en partidos donde sentimos que merecíamos más”, comentó.
El técnico también reflexionó sobre la importancia de trabajar no solo en lo táctico, sino también en la inteligencia emocional del equipo. Según él, un verdadero campeón no solo sabe atacar, sino que es capaz de defender con disciplina y mantener el equilibrio en los momentos difíciles. Este aspecto será clave para el próximo año, cuando Colombia enfrente nuevos desafíos en su camino hacia la clasificación mundialista.
En cuanto a jugadores específicos, Lorenzo defendió el desempeño de James Rodríguez, quien ha sido objeto de críticas en algunos sectores. “James hizo un buen partido. Tal vez no se vio como algunos esperaban, pero aportó en lo que necesitábamos en ese momento”, afirmó, dejando claro que sigue confiando en el mediocampista como parte esencial del equipo.
El balance de Lorenzo sobre el año es agridulce. Aunque destacó el crecimiento y la maduración del grupo, también reconoció que hay mucho por mejorar, especialmente en momentos clave donde el equipo ha fallado en convertir oportunidades en resultados. A pesar de todo, el técnico se mostró optimista y con ganas de trabajar para evitar más episodios como los vividos recientemente.
Para los aficionados, estas declaraciones son un recordatorio de que el fútbol es tan impredecible como apasionante. Las derrotas duelen, pero también pueden ser el punto de partida para un futuro más sólido y exitoso. Lorenzo lo sabe, y su mensaje final es claro: el proceso sigue, la fe en el equipo permanece intacta, y los ajustes necesarios ya están en marcha.