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El municipio de Soledad, Atlántico , se está enfrentando a una emergencia sanitaria que tiene a la población ya las autoridades en alerta máxima. Un brote de dengue tipo dos , particularmente agresivo, ha disparado los casos reportados en las últimas semanas, generando preocupación y un llamado urgente a la prevención.
En tan solo un mes y medio, se han contabilizado 485 nuevos casos de dengue , una cifra que normalmente se espera en un período de seis meses. Este aumento significativo, un 80% más que el mismo periodo del año anterior , está obligando a las autoridades locales a reforzar las medidas de control y población a tomar precauciones extremas.
Edison Barrera , secretario de salud de Soledad, ha sido enfático en la importancia de la prevención: eliminar recipientes que puedan acumular agua, mantener las zonas verdes limpias y revisar las canaletas de las casas son claves para evitar la reproducción del mosquito Aedes aegypti . principal transmisor de esta enfermedad.
El impacto de este hermano no solo se siente en Soledad. Barranquilla , otra ciudad del Atlántico, ha reportado 5.230 casos de dengue al cierre de 2024. De estos, casi la mitad presenta signos de alarma y 79 han sido clasificados como tumbas . Estas cifras alarmantes muestran que la situación está lejos de estar bajo control y que la colaboración entre comunidad y autoridades es fundamental para evitar que la situación empeore.
La gravedad de este brote quedó evidenciada con la triste noticia del fallecimiento de Camilo Ponce , un joven de 23 años que perdió la vida a causa de un dengue hemorrágico . Este caso ha generado una fuerte impresión en la comunidad, recordando lo peligroso que puede ser el dengue si no se detecta y trata a tiempo.
Ante esta crisis, las autoridades han reforzado las recomendaciones: usar repelente, vestir ropa que cubra brazos y piernas, y eliminar cualquier posible criadero de mosquitos en los hogares . Además, se está intensificando la movilización comunitaria para identificar casos sospechosos y evitar complicaciones graves.
La lucha contra el dengue no es solo un desafío médico, sino también una responsabilidad colectiva. Cada medida cuenta y puede hacer la diferencia entre contener este brote o permitir que siga expandiéndose. En un momento tan crítico, cuidar de nuestra salud y la de nuestros vecinos debe ser la prioridad.