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Correr es un ejercicio fantástico que puede mejorar la salud física y mental, pero para algunas personas, la idea de salir a correr puede resultar intimidante o incluso vergonzosa. Si eres una de esas personas, no te preocupes: no estás solo. De hecho, un estudio reciente descubrió que hasta el 80% de los adultos evitan correr debido a la vergüenza.
Pero no tiene por qué ser así. Hay muchas cosas que puedes hacer para superar la vergüenza y empezar a disfrutar de los beneficios del running. Aquí tienes algunas soluciones que te ayudarán a disfrutar del running y a que nada te pare:
Si la idea de correr te intimida, no intentes hacer demasiado de una vez. Empieza con sesiones cortas, como correr durante 5 o 10 minutos seguidos. A medida que te vayas sintiendo más cómodo, puedes ir aumentando gradualmente la distancia y el tiempo que corres.
Correr con un amigo o un familiar puede ayudarte a mantener la motivación y a que te diviertas más. Además, tener a alguien con quien hablar puede hacer que el tiempo pase más rápido.
Si corres por una ruta agradable, estarás más motivado para salir. Busca un camino que te lleve por un parque, un río o un lago. El paisaje te ayudará a mantenerte distraído y a disfrutar de la experiencia.
Escuchar música mientras corres puede ayudarte a motivarte y a distraerte. Crea una lista de reproducción con tus canciones favoritas y escucha música que te anime a seguir adelante.
Todo el mundo tiene un ritmo y una capacidad diferentes. No te compares con los demás corredores. Concéntrate en tu propio progreso y en cómo te sientes al correr.
Correr puede ser duro, pero no te rindas. Si tienes un mal día, no te desanimes. Levántate, ponte las zapatillas y vuelve a intentarlo. Cada carrera es una oportunidad para mejorar.
Correr no tiene por qué ser vergonzoso. Siguiendo estos consejos, puedes superar la vergüenza y empezar a disfrutar de los beneficios del running. Así que ponte las zapatillas y empieza a correr. ¡Nada te puede parar!