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En 1973, el mundo del cine fue testigo del estreno de una película que pasaría desapercibida en su momento, pero que con el tiempo se convertiría en una obra maestra infravalorada: Malas Calles. Dirigida por Martin Scorsese, este film crudo y visceral presenta una historia de crimen y redención en las calles de la Pequeña Italia de Nueva York.
La trama gira en torno a Johnny Boy (Harvey Keitel), un joven mafioso de poca monta que sueña con ascender en la jerarquía criminal. Sin embargo, su ambición choca con la realidad de la violencia y el engaño que impregnan su entorno.
Malas Calles marcó un punto de inflexión en la carrera de Martin Scorsese. Hasta ese momento, el director se había labrado una reputación con películas de bajo presupuesto y temática similar, como ¿Quién llama a mi puerta? y Bertha, la máquina de matar. Pero con Malas Calles, Scorsese exploró un territorio nuevo y lo hizo con un aplomo y una intensidad que dejaron atónitos a la crítica.
La película se aleja del glamour y la teatralidad habituales de las películas de gánsteres, optando por un enfoque realista y directo. La cámara de Scorsese se adentra en los sucios callejones y los antros oscuros de la Pequeña Italia, capturando la suciedad y la desesperación que impregnaban ese mundo.
Además de su innovadora estética, Malas Calles es conocida por sus personajes inolvidables. Johnny Boy, interpretado por un joven Harvey Keitel, es a la vez un aspirante despiadado y un alma atormentada. Es un hombre arrastrado por la violencia, pero que aún anhela la redención.
El elenco de secundarios también brilla con interpretaciones icónicas. Robert De Niro interpreta a un joven matón llamado Moe, cuyo lado sádico oculta una profunda vulnerabilidad. Joe Pesci, en su debut cinematográfico, hace un cameo memorable como un matón de poca monta.
Malas Calles no tuvo una gran acogida en su estreno. Pasó inadvertida en la taquilla y recibió críticas mixtas. Sin embargo, con el paso de los años, su reputación ha crecido constantemente. En 1997, casi un cuarto de siglo después de su estreno, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas finalmente reconoció su importancia otorgándole un Oscar honorífico por su importancia cultural, histórica o estética.
Malas Calles ha tenido una profunda influencia en el cine posterior. Su estilo realista y visceral inspiró a una nueva generación de cineastas, incluyendo a Quentin Tarantino y Spike Lee. La película también ayudó a establecer a Martin Scorsese como uno de los directores más importantes del cine estadounidense.
Cincuenta años después de su estreno, Malas Calles sigue siendo una obra maestra infravalorada que ofrece una mirada brutal y conmovedora a la vida en las calles.