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El reality show Gran Hermano ha expulsado de manera fulminante a uno de sus concursantes, tras las duras acusaciones lanzadas por sus compañeros. El expulsado es un joven de 25 años que, según sus compañeros, es un llorón y un cuñado.
Según los concursantes, la convivencia con el expulsado se había vuelto insoportable. Le acusaban de ser un llorón porque se quejaba constantemente y de ser un cuñado porque siempre estaba dando lecciones.
Es un llorón y un cuñado, decía uno de los concursantes. No se puede hablar con él porque siempre está quejándose.
Es un cuñado que siempre está dando lecciones, decía otro. Cree que sabe más que nadie y siempre está dando consejos no pedidos.
Ante la situación insostenible, la organización del programa ha decidido expulsar al concursante. En un comunicado, la organización ha explicado que la decisión se ha tomado para garantizar la convivencia y el buen ambiente en la casa.
Hemos tomado esta decisión para garantizar la convivencia y el buen ambiente en la casa, decía el comunicado.
Tras su expulsión, el concursante se ha mostrado arrepentido. En una entrevista, ha reconocido que su comportamiento en la casa no fue el adecuado.
Reconozco que mi comportamiento en la casa no fue el adecuado, decía el expulsado.
Me arrepiento de haberme quejado tanto y de haber dado tantos consejos no pedidos.
La expulsión del concursante ha sido una lección tanto para él como para sus compañeros. El expulsado ha aprendido la importancia de controlar sus emociones y de respetar a los demás. Sus compañeros, por su parte, han aprendido la importancia de la tolerancia y la convivencia.
He aprendido la importancia de controlar mis emociones y de respetar a los demás, decía el expulsado.
Mis compañeros han aprendido la importancia de la tolerancia y la convivencia.