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Correos, el gigante del sector postal español, ha sufrido un duro revés judicial al ser condenada a indemnizar con 44.000 € a una empleada despedida por quedarse con DNIs de clientes. Este suceso ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la empresa ante las estrategias legales de sus antiguos trabajadores, aun cuando las acusaciones sean graves.
Los hechos se remontan a 2018, cuando la empleada en cuestión, que trabajaba en una oficina de Correos de una pequeña localidad, fue acusada de quedarse con los DNIs de varios clientes. Esta práctica, que violaba las políticas de confidencialidad de la empresa y la normativa sobre protección de datos, fue descubierta durante una auditoría interna.
Inmediatamente, Correos abrió un expediente disciplinario a la empleada, que culminó con su despido. Sin embargo, la trabajadora no se quedó de brazos cruzados y decidió recurrir ante los tribunales, alegando que su despido era improcedente.
El Juzgado de lo Social número 1 de Zaragoza ha dado la razón a la empleada, declarando que su despido fue improcedente. En su fallo, el juez ha considerado que la empresa no aportó pruebas suficientes para acreditar que la empleada se hubiera quedado con los DNIs de los clientes.
Además, el juzgado ha considerado que la sanción impuesta por Correos fue desproporcionada, ya que la empleada no tenía antecedentes disciplinarios y su conducta no había causado un perjuicio grave a la empresa.
Como consecuencia, Correos ha sido condenada a indemnizar a la empleada con 44.000 €, una cantidad que incluye los salarios dejados de percibir desde su despido, así como una indemnización por daños morales.
Esta sentencia supone un duro revés para Correos, que ahora deberá hacer frente a una indemnización millonaria. Además, el fallo pone de manifiesto la importancia de contar con pruebas sólidas antes de despedir a un trabajador.
Para otros empleadores, esta sentencia sirve como advertencia sobre la necesidad de ser cautelosos a la hora de sancionar a sus trabajadores. Es fundamental contar con pruebas irrefutables y valorar adecuadamente la gravedad de la conducta antes de tomar medidas disciplinarias.
La indemnización de 44.000 € obtenida por la empleada despedida puede parecer una victoria para ella, pero para Correos es una derrota que deja un sabor agridulce. La empresa ha perdido una batalla legal y deberá hacer frente a un importante desembolso económico.
Sin embargo, esta sentencia también es un recordatorio para todos los empleadores de la importancia de ser justos y equitativos a la hora de sancionar a sus trabajadores. Es necesario contar con pruebas sólidas y valorar cuidadosamente la gravedad de la conducta antes de tomar medidas disciplinarias.