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Pedro Almodóvar, el director manchego más internacional y aclamado por la crítica, ha mantenido una relación tempestuosa con los Premios Goya a lo largo de su carrera. Desde sus primeros éxitos hasta sus más recientes triunfos, su trayectoria en los galardones del cine español ha estado marcada por momentos de gloria, desencuentros e indignaciones.
Los primeros años de Almodóvar en los Goya estuvieron marcados por una sucesión de éxitos. Su película Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) ganó el Goya a la Mejor Película, mientras que Entre tinieblas (1983) obtuvo el Goya al Mejor Guion Original. Sin embargo, la polémica no tardó en llegar. En 1987, su película La ley del deseo fue nominada a Mejor Película, pero fue finalmente derrotada por El viaje a ninguna parte de Fernando Fernán Gómez. La decisión de la Academia generó una gran controversia, con Almodóvar acusando a la institución de conservadora y homofóbica.
A pesar de la polémica, Almodóvar continuó cosechando éxitos en los Goya. En 1990, su película Átame! ganó el Goya a la Mejor Película, mientras que Tacones lejanos (1991) obtuvo el Goya al Mejor Guion Original. Sin embargo, su momento de mayor gloria llegó en 1999 con Todo sobre mi madre, que ganó el Goya a la Mejor Película, el Goya al Mejor Director y el Goya al Mejor Guion Original. Esta victoria supuso un reconocimiento unánime a la trayectoria del director manchego y a su contribución al cine español.
Sin embargo, los Goya también han sido un terreno para reivindicaciones por parte de Almodóvar. En 2001, durante la gala de los premios, el director dedicó su Goya a la Mejor Película por Hable con ella a todas las mujeres maltratadas y asesinadas en España. Su discurso fue un emotivo llamamiento a la conciencia social que conmocionó al público y a la audiencia.
En los últimos años, la relación de Almodóvar con los Goya se ha visto marcada por notables ausencias y olvidos. En 2004, su película La mala educación no recibió ninguna nominación, a pesar de su gran calidad artística y su éxito de público. Del mismo modo, en 2012, su película La piel que habito tampoco fue nominada a ninguna categoría, a pesar de ser una de las películas más arriesgadas e innovadoras de su carrera.
Estos desaires han generado cierto resentimiento por parte de Almodóvar, quien ha acusado a la Academia de Cine de estar desconectada de la realidad del cine español. En 2019, el director anunció que no asistiría a la gala de los Goya como protesta por el olvido de la película Dolor y gloria, que solo obtuvo cuatro nominaciones menores.
La relación de Pedro Almodóvar con los Goya es una historia compleja y llena de altibajos. A lo largo de su carrera, el director manchego ha sido objeto de grandes éxitos y desaires, de reconocimientos y olvidos. Queda por ver si en el futuro esta relación encontrará una reconciliación o si, por el contrario, seguirá marcada por desencuentros y desengaños.