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El discurso del rey Felipe VI en la tradicional alocución navideña ha vuelto a cosechar un decepcionante dato de audiencia. Según los datos de Kantar Media, la intervención fue seguida por 3,7 millones de espectadores, un 17,8% de cuota de pantalla. Estos datos suponen el segundo peor registro de los últimos 32 años, solo superado por el discurso de 1990, que obtuvo un 16,7% de share.
El mensaje del monarca, que se emitió en directo por La 1 y Telecinco, quedó muy lejos de los datos de audiencia de años anteriores. En 2021, el discurso navideño de Felipe VI logró un 19,7% de cuota de pantalla, mientras que en 2020 alcanzó un 19,3%. La única edición que superó el 20% de share fue la de 2018, con un 21,1%.
El mensaje del rey, que duró unos 12 minutos, estuvo centrado en la crisis económica y la guerra de Ucrania. Felipe VI destacó la necesidad de unidad y solidaridad para superar los retos actuales. Sin embargo, el discurso no logró conectar con la audiencia, que parece haber perdido interés en el mensaje institucional del monarca.
Los motivos de este descenso de audiencia pueden ser varios. Por un lado, el discurso del rey se produce en un contexto de gran polarización política y social. La sociedad española está cada vez más dividida, y el mensaje de unidad de Felipe VI puede resultar difícil de digerir para muchos ciudadanos.
Por otro lado, el discurso del rey también se produce en un momento de crisis económica. La inflación está disparada, el poder adquisitivo de los ciudadanos se está reduciendo y muchas familias están pasando por dificultades. En este contexto, el mensaje institucional del rey puede resultar desconectado de la realidad que vive la mayoría de los españoles.
Algunos expertos apuntan a la necesidad de renovar el formato del discurso navideño. El formato actual, que se ha mantenido prácticamente inalterado durante décadas, puede resultar anticuado y aburrido para muchos espectadores.
Es posible que el discurso navideño deba ser más interactivo, más cercano a la ciudadanía y más adaptado a los nuevos tiempos. La tecnología ofrece múltiples posibilidades para renovar el formato, y es posible que sea necesario explorar nuevas formas de conectar con la audiencia.
En cualquier caso, el discurso navideño del rey Felipe VI ha vuelto a poner de manifiesto la necesidad de renovar el mensaje institucional. La sociedad española está cambiando, y el discurso del monarca debe adaptarse a los nuevos tiempos. De lo contrario, corre el riesgo de convertirse en un anacronismo, un recuerdo del pasado que ya no tiene cabida en el presente.
Queda por ver si la Casa Real tomará nota de las críticas y decidirá renovar el formato del discurso navideño. De momento, el mensaje institucional del rey Felipe VI sigue siendo un discurso anacrónico, desconectado de la realidad que vive la mayoría de los españoles.