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En un giro del destino que pocos podrían haber previsto, el legendario fundador de Apple, Steve Jobs, regresó a la compañía que había cofundado una década antes para rescatarla del abismo.
Después de ser expulsado de Apple en 1985, Jobs fundó NeXT, una empresa que se especializaba en fabricar computadoras de alta gama diseñadas para el mercado de la educación superior. A pesar de su tecnología innovadora, NeXT nunca logró un gran éxito comercial.
Sin embargo, en 1997, Apple se encontraba en apuros financieros. La compañía había perdido su camino después de la partida de Jobs y enfrentaba una competencia implacable de Microsoft Windows. En un momento de desesperación, la junta directiva de Apple se dio cuenta de que su única esperanza de salvación era que Steve Jobs regresara.
Jobs aceptó regresar a Apple a regañadientes, pero con la condición de que tuviera el control total. Rápidamente implementó una serie de cambios radicales, incluidas la racionalización de la línea de productos de Apple y el despido de miles de empleados.
La estrategia de Jobs funcionó. Bajo su liderazgo, Apple lanzó una serie de productos revolucionarios, incluido el iMac, el iPod y el iPhone. La compañía volvió rápidamente a la rentabilidad y se convirtió una vez más en una potencia tecnológica.
Mientras Apple prosperaba bajo el liderazgo de Jobs, Microsoft enfrentaba sus propios desafíos. En 1994, Microsoft lanzó Windows 95, un sistema operativo que fue un gran éxito.
Sin embargo, en 1998, Microsoft cometió un grave error que le costaría caro en los años venideros. La compañía se negó a comprar Android, un sistema operativo móvil desarrollado por una pequeña empresa llamada Google.
La decisión de Microsoft de no comprar Android fue un error colosal. Android se convertiría en el sistema operativo móvil más popular del mundo, lo que le daría a Google una enorme ventaja sobre Microsoft en el mercado de los dispositivos móviles.
Se estima que el error de Microsoft de no comprar Android le costó a la compañía más de 400 mil millones de dólares en ingresos perdidos. Fue uno de los errores comerciales más costosos de la historia.
Steve Jobs y Bill Gates son dos de los nombres más importantes de la historia de la tecnología. Sus contribuciones a la industria han sido inmensas y sus legados durarán por muchos años.
Steve Jobs fue un visionario que revolucionó la industria tecnológica con productos como el Mac, el iPod y el iPhone. Era un maestro del marketing y la innovación, y sabía cómo crear productos que la gente amaba.
Bill Gates es un genio de los negocios que convirtió a Microsoft en una de las empresas más exitosas del mundo. Era un astuto estratega y un negociador experto, y sabía cómo hacer crecer un negocio.
Steve Jobs y Bill Gates son dos gigantes de la industria tecnológica que han dejado una marca indeleble en el mundo. Sus contribuciones han hecho de nuestra vida más fácil, más conectada y más entretenida.
