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Ante los elevados aranceles impuestos por Turquía a los coches de alta cilindrada, el mercado ha reaccionado de forma inmediata y contundente: los concesionarios de vehículos de lujo se han visto obligados a ofrecer modelos con motores más pequeños y menos potentes para evitar el encarecimiento excesivo de sus productos.
Los aranceles, que oscilan entre el 60% y el 120%, han supuesto un duro golpe para el sector de la automoción de lujo en Turquía. Para contrarrestar el aumento de los costes, los concesionarios han tenido que reducir sus márgenes de beneficio o trasladar el incremento a los precios de venta, lo que ha hecho que los vehículos de alta gama sean menos asequibles para los consumidores.
Además, los aranceles han frenado la importación de coches de cilindrada superior a 1.600 centímetros cúbicos, lo que ha provocado una escasez de modelos de lujo en el mercado turco.
Para hacer frente a esta situación, los fabricantes de automóviles de lujo han implementado varias estrategias. Una de ellas ha sido la de reducir la cilindrada de sus motores, manteniendo o incluso mejorando el rendimiento y la eficiencia gracias a la incorporación de tecnologías avanzadas como la turboalimentación.
Otra estrategia ha sido la de lanzar nuevas gamas de modelos específicos para el mercado turco, con motores más pequeños y precios más ajustados. Por ejemplo, BMW ha presentado el Serie 3 Touring 320i, que cuenta con un motor de 2.0 litros en lugar del habitual 3.0 litros.
La respuesta del mercado a estas medidas ha sido desigual. Por un lado, los compradores de coches de lujo con poder adquisitivo elevado siguen mostrando interés por los modelos de alta gama, aunque algunos han optado por modelos con motores más pequeños para ahorrar costes.
Por otro lado, los compradores con presupuestos más ajustados se han visto obligados a recurrir a modelos de lujo con motores más pequeños y prestaciones más modestas, o a optar por marcas más asequibles.
Todavía es pronto para predecir el impacto a largo plazo de los aranceles sobre el mercado automovilístico de lujo en Turquía. Sin embargo, es probable que la tendencia hacia los motores de menor cilindrada continúe, ya que los fabricantes intentan equilibrar la demanda de lujo con la necesidad de hacer frente a los elevados costes.
Además, el mercado turco podría experimentar un crecimiento en el segmento de los coches de lujo eléctricos, que actualmente están exentos de aranceles y ofrecen una alternativa más sostenible a los vehículos de gasolina y diésel.