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Según el prestigioso psiquiatra Enrique Rojas, las personas con mayor inteligencia emocional tienen en común estos cinco rasgos:
Las personas emocionalmente inteligentes son conscientes de sus propias emociones, fortalezas y debilidades. Pueden identificar y etiquetar sus emociones, y comprender cómo sus emociones afectan sus pensamientos y comportamientos.
Las personas emocionalmente inteligentes pueden gestionar sus emociones de forma saludable. Pueden calmarse cuando están molestos, motivarse cuando se sienten desanimados y controlar sus impulsos.
Las personas emocionalmente inteligentes están motivadas por objetivos internos, como el crecimiento personal y la autorrealización. No dependen de recompensas externas para mantenerse motivados.
Las personas emocionalmente inteligentes pueden comprender y sentir las emociones de los demás. Pueden ponerse en el lugar de los demás y ver el mundo desde su perspectiva.
Las personas emocionalmente inteligentes tienen buenas habilidades sociales. Pueden construir y mantener relaciones sólidas, comunicarse eficazmente y resolver conflictos pacíficamente.
Desarrollar la inteligencia emocional es un proceso continuo. No hay una solución rápida, pero hay cosas que podemos hacer para mejorar nuestra inteligencia emocional, como practicar la autoconciencia, aprender a regular nuestras emociones y desarrollar empatía.
Las personas con mayor inteligencia emocional tienden a tener más éxito en sus relaciones personales y profesionales. Son más resilientes ante el estrés, más adaptables a los cambios y más capaces de lograr sus objetivos.
Si quieres mejorar tu inteligencia emocional, puedes empezar por centrarte en uno o dos de estos rasgos. Con tiempo y esfuerzo, puedes desarrollar la inteligencia emocional que necesitas para tener éxito en todas las áreas de tu vida.