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Si bien hoy en día es imposible imaginar Disneyland sin Mickey y Minnie Mouse, a principios de la década de 1990, el reino mágico estuvo a punto de verse sacudido por un cambio radical de mascotas. Los icónicos ratones se habrían visto obligados a abandonar su trono a favor de un elenco muy diferente: los Muppets.
En los años ochenta y noventa, el imperio Disney experimentó una serie de reveses financieros y creativos. La compañía luchaba por encontrar nuevas ideas y su parque temático estrella, Disneyland, comenzaba a mostrar signos de edad.
Los ejecutivos de Disney se dieron cuenta de que necesitaban un cambio radical. Consideraron todo, desde cerrar el parque hasta venderlo a otra empresa.
Mientras Disney se tambaleaba, otra compañía de entretenimiento estaba experimentando un meteórico ascenso: Jim Henson Productions, creadora de los Muppets.
Los Muppets eran un fenómeno mundial, con programas de televisión, películas y mercancía que se vendía como pan caliente. A los ejecutivos de Disney les encantó la idea de asociarse con Henson y sus creaciones.
En 1990, Disney y Jim Henson Productions firmaron un acuerdo histórico. Disney adquirió los derechos de uso de los Muppets en sus parques temáticos y producciones cinematográficas.
El plan era reemplazar a Mickey y Minnie con los Muppets en Disneyland y otras propiedades de Disney. Los Muppets se convertirían en los nuevos símbolos del reino mágico.
Sin embargo, el público no estaba interesado en este cambio. Los fanáticos de Disney estaban horrorizados ante la idea de ver a sus adorados ratones reemplazados por una pandilla de marionetas.
Los fanáticos se manifestaron en masa, enviando cartas y correos electrónicos a Disney expresando su indignación. Algunos incluso amenazaron con boicotear los parques si se llevaban a cabo los cambios.
Ante esta abrumadora protesta pública, Disney no tuvo más remedio que dar marcha atrás. La compañía anunció que Mickey y Minnie seguirían siendo los íconos del reino mágico.
El acuerdo con Jim Henson Productions se rescindió y los Muppets nunca se convirtieron en las mascotas de Disneyland.
Aunque el acuerdo entre Disney y Jim Henson Productions finalmente fracasó, dejó un legado duradero.
Disney aprendió la valiosa lección de que no podía dar por sentado a sus fanáticos. La compañía también se dio cuenta de la importancia de mantener vivas sus tradiciones y personajes icónicos.
Los Muppets, por otro lado, siguieron floreciendo en la televisión y el cine. Hoy, son tan populares como siempre y continúan brindando alegría a personas de todas las edades.
